La Korrika
Txikia no solamente apoyó al euskera, sino que también fomentó la solidaridad
entre los alumnos del tercer ciclo de La Salle, que apadrinaron a un compañero
de primero con una minusvalía al que ayudaron y acompañaron durante toda la
actividad. “Nosotros se lo propusimos y ellos aceptaron, es muy bonito que
siendo tan pequeños se preocupen tanto por los demás y fomenten la solidaridad
entre el resto”, afirmaba Amaia García, monitora de Tiempo Libre en La Salle.
Los alumnos mayores de Euskara Taldea fueron los
encargados de llevar el testigo y la pancarta durante un trocito del recorrido,
hasta la calle Iruña. Finalizó en la plaza San Pedro y, allí se tuvo la
oportunidad de oír, entre otros, a un grupo de niños txistularis alumnos
del colegio de Salesianos Deusto que amenizaron el final de la Korrika Txikia
mientras los niños reponían fuerzas.
Alumnos de La Salle en la Korrika / ANDREA ABASOLO |
Los niños de Educación Infantil y Educación Primaria
de los colegios e ikastolas del barrio (La Salle, Salesianos Deusto e Ibaigane)
esperaron a la Korrika Txikia en las entradas de sus respectivos colegios vestidos
con los petos elaborados por cada uno de ellos. Los de Educación Primaria llegaron
hasta el final del circuito, mientras que los ‘txikis’ se volvieron antes a sus
respectivos colegios.
“Es una buena forma para que los niños, aparte de
hacer deporte, se relacionen con el euskera y no acabe desapareciendo”,
explicaba Unai Zubieta, profesor de Primaria en Salesianos Deusto.
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