ENTREVISTA

Juan Bautista Calero, hostelero bilbaíno

“Calidad, simpatía y precio son las claves de mi éxito”

Juan Bautista trabajando en su bar “Josebar” en el barrio de Sarriko. / ANDREA ABASOLO

Juan Bautista Calero nunca pensó que su bar iba a traer tanta cola, Tras diecisiete años en el mundo de la hostelería este informático natural de Usánsolo vive por y para su negocio. Josebar, en el barrio bilbaíno de Sarriko, no ha subido los precios en tres años y eso se nota. Puedes encontrar el bar repleto casi a cualquier hora, y es que para Juan Bautista la simpatía es más importante que el dinero, con la que deleita a sus clientes sin descanso.

¿Qué le ha llevado a no subir los precios en tres años?

Hay mucha gente del barrio que está en paro y lo que quiero es que sigan viniendo y consumiendo.  La única manera es no subiendo los precios.

¿Los hosteleros de la zona se quejan de sus precios?

Algunos sí. La diferencia de precio no es tanta, pero si la gente va a un bar y no se le trata bien no vuelve. Yo tengo confianza con el cliente, les pongo música, bromeo, eso es lo que hace que vuelvan.

¿Cómo es posible ganar dinero y llevar el negocio adelante con unos precios tan bajos?

Los “preventa” vienen con todo tipo de ofertas. Hay que buscar el equilibrio en el que no te arruines y puedas darle calidad y buen precio al cliente. Sacrifico mucho la alimentación. La pongo muy barata para que la gente consuma la bebida, con la que saco el margen.

Es informático. ¿Por qué se decantó por hostelería?

En la informática se pagaba muy poco. Había estado trabajando en varios bares para pagarme la carrera, por lo que decidí montar uno basándome en el esquema de los negocios en los que había trabajado.

¿Ha pensado  buscar un trabajo de lo suyo?

En su día sí  por tener tiempo para mi familia, pero el negocio de la informática está muy saturado. Sacrifico el tema material y contrato a una persona. Así voy a lo seguro y no me meto en un mundillo que ahora apenas controlo.

¿Cómo incentiva al cliente para que vuelva?

Hago muchas “bolillas” de fútbol, fórmula 1… La gente sigue viniendo por continuidad,  para seguir la “bolilla”. También pongo bastantes ofertas. Trato de  que la gente se familiarice con el ambiente.

¿Un negocio como el suyo funcionaría en barrios céntricos?

Por mi carácter no. He trabajado en esas zonas y los jefes que he tenido me han llamado la atención por ser tan amigable. La gente del centro quiere tranquilidad. Se reúnen para hablar de negocios y empresas  y no quieren al típico camarero alborotador.

Un bar da mucho trabajo.

Sí, meto muchas horas y este trabajo te tiene que gustar, sino a largo plazo te amargas. Me gusta estar con la gente.